Es el retrato de Eduardo Rossi, un ex rugbier que ha creado en plena selva formoseña un equipo formado por aborígenes, quienes han encontrado en este deporte tradicionalmente «blanco» un incentivo para salir de la marginación. Pero Rossi es también un admirador del mundo militar, un hombre de ideas «fascistas». Ideas que intenta inculcar en los aborígenes de un modo paternalista y autoritario.